sábado, 31 de mayo de 2008

VI

Ahora, Resplandor
Fulgurante mi alma no vacila, no espera, siente
El amplio rugido de la Luz, no importa
Más que el furor que se lee entre líneas
Esa, aquella mirada de estrella
En el ancho final de los principios
Y voy, voy sin vacilar, sin esperar: siento
El púlpito o el pálpito, la colmena
Es dicha que se aproxima velozmente
Grandioso inicio de tiempos finales
Como asomarse al estanque y no encontrarse, sino ver un mundo que se abre, un mundo que busca abrazarme y fundirse conmigo, como las aguas que se mezclan, las aguas que se aman en el vasto Océano
Juego y sé que ganaré la partida
Río, selva, tormenta
Son ahora Resplandor,
Libertad sin nombre.

David Alberto Campos V, Plenitud, 2008

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